Nuevamente texto de mi amiga Nadina Tauhil.
Publicado en Mayo del 2009 por La Luna Naranja. Muchas Gracias. Digital...
En el principio no había palabras, sólo letras.La falta de palabras causaba grandes problemas a los habitantes de la ciudad, que sólo podían nombrar veintisiete cosas, generando todo tipo de confusiones y malentendidos. Hasta que un día a Uno se le ocurrió que si juntaba una letra con otra se podrían crear nuevos sonidos, y así nombrar muchas más cosas.
Fue entonces que Uno, decidió irse con las letras a una cueva en la montaña, y no volver hasta haber encontrado una manera de nombrar a todas las cosas. Quería poder nombrar al animal de carga, al agua que se acumula al lado del palacio, a la nena colorada.Le tomó mucho tiempo pero una a una, las palabras, fueron surgiendo.Primero juntó dos letras, después tres, cuatro y así muchas más. Una vez que las letras estaban una al lado de la otra, él las pronunciaba juntas y hacia memoria para ver a cuál de las cosas de la ciudad le recordaba el sonido. Así, el animal se llamó caballo, el agua lago, la nena Natalia.
Y cuando por fin Uno había encontrado todas las palabras y se disponía a volver a la ciudad, se dio cuenta de que todavía no existía una palabra para los labios cuando se juntan.Uno salió de la cueva para tomar un poco de aire y reponer sus energías. Cuando miró hacia abajo, observó sorprendido que Natalia corría hacia la cima de la montaña. La niña llegó a la cueva, abrazó a Uno con todas sus fuerzas; y lo besó.